jueves, 11 de octubre de 2012

TARTA MERCADONA, PERO NO DE MERCADONA, OJO!

Pues eso, que no penséis que me fui a Mercadona a comprar una tarta de yema y he venido a contarlo en un post. Ni tampoco penséis que se me ha ido la pinza y me he puesto a hacer las tartas de Mercadona. No, la cuestión es que mi hermano Dani y su mujer, Paqui, trabajan casi de toda la vida allí y como la gran pasión de ella es la perfumería, sección en la que trabaja y a la que dedica mucho de su tiempo, mi hermano quiso que le hiciera una tarta de eso.

Desgraciadamente, como me viene pasando muy a menudo, me lo dijo muy precipitadamente, por lo que veréis que se trata de una tarta un tanto sencilla, sin grandes aspavientos, pero de cuyo modelado me siento muy orgullosa.


Creo que más de un 70% del tiempo y del esfuerzo invertido en esta tarta es la figura de Paqui, en la postura que ella suele adoptar junto a su expositor de trabajo (o como lo llamen ellos, que no me acuerdo).

Y qué decir tiene que hacerle una tarta o cualquier detalle a Paqui acaba siendo halagador, porque es una de las personas más agradecidas, generosas y sensibles que conozco. Si incluso David y yo quisimos apostar por si lloraba o no y acabamos por no hacerlo porque sabíamos que no sería capaz de contener esa lagrimilla traidora que siempre la delata. A veces pienso que ojalá pudiera ser yo así de espontánea y no tan tímida...

En fin, decir que como viene siendo habitual, la tarta era un bizcocho de dulce de leche relleno de buttercream de dulce de leche y de crema de dulce de leche. No es que me lo pidieran así, ellos lo dejaban a mi libre albedrío, pero es que como comentaba fue un tanto exprés y se me solapó con la que estaba haciendo para Marisa, por lo que opté por el fácil camino de hacerlas del mismo sabor. Sí, a veces uno tiene que decidir jejeje.

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