Bien, pues si en la entrada anterior hablaba de que en ocasiones se sufre mucho con las tartas, éste es el vivo ejemplo de cómo una se puede llegar a complicar la vida de mala manera.
Cuando vinieron los papás de Neus a encargarme el pastel de su segundo cumpleaños, tenían muy claro que el personaje tenía que ser Pocoyó. Es raro, pero aún no había hecho ninguna del niño azul sin padres,. así que quise desmarcarme y no hacer la típica tarta redonda de uno o dos pisos con bolitas de colores y los personajes en lo alto. Así que me acordé del buen resultado que había dado la tarta de Doraemon y les sugerí hacer algo por el estilo, con Pocoyó sentado siendo la tarta y el resto de personajes a su alrededor.
Teníamos algo más de una semana por delante y tenía planeado hasta el más mínimo detalle de la tarta. Pero, claro, no esperaba que los planes cambiaran tanto, cuando llamaron del hospital para operar a mi marido el día antes de la entrega de la tarta. Así que ahí me tenéis, preparando las cosas para llevarnos al hospital, las cosas de los niños para ese día, la tarta a medio hacer... Un verdadero caos, con mi perfecto calendario echado a perder. Menos mal que las figuras las modelé un par de días antes para que secaran bien.
Qué cuadro de cocina, con las prisas no me daba tiempo de guardar las herramientas, los colorantes... Luego toda la casa llena de gente para ayudarme con mi recien operado marido, mi hijo nervioso, mi bebé de 11 meses pidiendo mami. Y cuando parecía que iba bien de tiempo para la entrega, el peso de la cabeza de Pocoyo hace que se cuartee el fondant de la cara. Horror!!!! Quedaba media hora para el cumple!!! Así que, siendo prácticos, le cambiamos la cara y listo. En la foto estaba tratando de solucionarlo.
Al final no quedó del todo mal, pero no me dio ni tiempo de hacerle una foto definitivamente acabada. Espero que os guste, porque a mi me dio un quebradero de cabeza terrible. En ocasiones, veo Pocoyós!!
Son varios bizcochos de vainilla, rellenos de ganaché de chocolate con leche y ganaché de chocolate blanco. Las extremidades son brazos de gitano rellenos de lo mismo, además de dulce de leche.
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